martes, 20 de marzo de 2012

Mons. Jorge Casaretto se despidió de su feligresía

Con una gran concurrencia, el viernes 16 de marzo, se realizó, en la diócesis de San Isidro, la despedida, del ministerio episcopal, de Monseñor Jorge Casaretto, al frente de la diócesis de San Isidro.
Jorge Alcídes Casaretto nació en Buenos Aires el 27 de diciembre de 1936 y fue ordenado sacerdote el 5 de setiembre de 1964 en la Catedral de San Isidro. Fue elegido obispo de Rafaela el 28 de diciembre de 1976 por Pablo VI y ordenado obispo el 19 de marzo de 1977.
Luego, fue trasladado como obispo coadjutor de San Isidro el 14 de marzo de 1983 y tomó posesión de ese cargo el 15 de junio de 1983. Inició su ministerio pastoral como segundo obispo de San Isidro (reemplazando a monseñor Antonio María Aguirre) el 13 de mayo de 1985.
Casaretto renunció por haber alcanzado la edad de 75 años el 30 de diciembre de 2011, siendo reemplazo por monseñor Oscar Ojea.
En la Conferencia Episcopal es miembro de las Comisiones de Pastoral Social y de Pastoral Universitaria.
Previamente, en Conferencia de Prensa agradeció todo el acompañamiento de los medios locales “por el muy buen vínculo que hemos tenido todos estos años con la prensa, así como su actitud servicial hacia la Iglesia al momento de comunicar nuestras actividades al pueblo”, señaló.
El obispo contó allí, cuáles iban a ser sus pasos de ahora en más como pastor, ayudando a realizar tareas específicas como sacerdote incluso en otras diócesis en donde hay pocos sacerdotes. Y también siguiendo su tarea en el orden episcopal en el área de Pastoral Social.
También, se refirió a la pobreza y a la educación: “Por un lado, lo que queda pendiente es un trabajo más extenso sobre la pobreza en Argentina, ya que aún hay focos importantes ligados a temas educativos y laborales. Por otro, el deseo de que Jesucristo sea conocido e interpretado en la cultura actual. Y que la Iglesia pueda llegar con su mensaje a todos”.
Además, el obispo emérito agregó que “la educación es la base de la superación de la pobreza, se trata de una tarea esencial en la cual Oscar Ojea seguirá avanzando”.

Como balance sobre sus años en el ministerio episcopal, Casaretto reflexionó: “Es muy difícil decir si las expectativas se cumplieron, esas evaluaciones se las dejo a Dios”.
Finalmente, con respecto a los comunicadores, sostuvo: “Tuve la gracia de estar seis años presidiendo la Comisión Episcopal de Medios, lo que me sirvió para tomar contacto con muchos periodistas de todas partes. Resulta importante la necesidad de que los medios puedan seguir expresándose y generen cada vez más comunión entre la gente”.

En la plaza, minutos mas tarde se proyectó un video en donde se vieron distintos momentos de la vida sacerdotal de Mons. Casaretto y luego comenzó la Misa de Acción de Gracias, realizada en el atrio de la catedral de San Isidro.

En la misma estuvieron presentes las distintas comunidades de la diócesis, parroquias, equipos diocesanos, religiosas, sacerdotes. Así también los intendentes de los cuatro partidos: Gustavo Posse por San Isidro, Jorge Macri por Vte. López, Luis Andreotti por San Fernando y Sergio Massa por Tigre, a quienes encomendó: “Ustedes pertenecen a diferentes partidos políticos, pero sería bueno que sigan trabajando en conjunto por el bien de la Región Metropolitana. Ese gesto sería un ejemplo para el país”. Tal mensaje despertó el aplauso de la multitud presente.
Estuvieron presentes los intendentes anteriores Osvaldo Amieiro y Enrique García (su Primera aparción pública despues de las elecciones) por los partidos de San Fernando y Vte. López, Respectivamente.

Además de la presencia de muchos obispos de distintas diócesis, estuvo el Nuncio apostólico, Emil Paul Tscherring quien dirigió unas palabras especiales para Mons. Casaretto y una bendición a todos los presentes.
Y así, en una noche inolvidable, monseñor Casaretto leyó algunos párrafos de una emotiva carta para todos los presentes:
“El 19 de marzo se cumplirán 35 años que recibí la ordenación episcopal en Rafaela, diócesis en la que ejercí el ministerio hasta el año 1983 en que volví a San Isidro, primero como coadjutor de Monseñor Aguirre y después como obispo residencial. Hoy hago mías las palabras de Pablo a los Filipenses que encabezan esta carta y que fueron inspiradoras del lema que me acompañó a lo largo de mi ministerio episcopal: "Que la paz de Cristo reine en nuestros corazones".
“Como toda vida, la mía estuvo signada por luces y sombras, aciertos y errores. Pero fundamentalmente tengo una clara conciencia que el amor de Dios se antepuso a todos los acontecimientos y su gracia fue conduciendo mis pasos”.
“Quiero nombrar en primer lugar a Mons. Oscar Ojea, tercer obispo de San Isidro. En estos dos años que hemos compartido pudimos forjar una verdadera amistad cuyo centro ha sido y es el mismo Señor Jesucristo. Me alegra mucho que él sea ahora el obispo de todos ustedes”
“Mi profunda gratitud a los hermanos obispos, sucesores de los apóstoles con quienes he podido trabajar por la Iglesia y por nuestro país en estos treinta y cinco años. Nuestro país tiene un episcopado inquieto, apostólico, misionero, muy comprometido con las realidades argentinas”.
“La misión de un obispo sólo es posible con la colaboración de los sacerdotes. La gran mayoría de los presbíteros de esta diócesis han sido ordenados por mí. Esto ha creado un lazo imborrable”.
“En estos años pudimos concretar la profética decisión del Concilio Vaticano II, de restaurar el diaconado permanente. Mi gratitud a todos aquellos que avanzaron en esta decisión y a quienes me siento unido tan fuertemente por haberles conferido este sagrado ministerio”.
“Creo sinceramente que en esta diócesis hay un laicado participativo y con notables inquietudes apostólicas. Me siento muy agradecido por tantas iniciativas y realizaciones que han dado vida a esta Iglesia Diocesana y fortalecido las diversas comunidades”.
“Saludo también a los jóvenes. Los que fueron jóvenes en otros tiempos y los que son ahora jóvenes que siguen a Jesús y que han dado y dan a nuestra Iglesia fortaleza y esperanza”.
“Dios ha creído necesario que en este tiempo crezca en mí una conciencia mucho más viva de necesidad de su misericordia y su perdón que sigan sosteniendo mi ministerio”.
“Seguramente, el Señor también permitirá que estos dos sentimientos encuentren más espacio de oración en mi vida. Estoy seguro que en su Providencia El sabe mejor que yo acerca de lo que será mi actividad en estos próximos años, pero de lo que estoy seguro es que El desea que rece aún más y que lo que físicamente no pueda realizar, porque las fuerzas sin duda disminuirán, lo supla por un mayor tiempo de contemplación”.

Al concluir la celebración, una señora, Amalia, de la Pquia. de La Cava, el coordinador de cáritas, Eduardo Ichaso, la hermana Ma. Clara Manzini, como hermana misionera de la caridad y Mons. Miguel Ángel D´Anníbale, dieron testimonios personales en agradecimiento a Mons. Casaretto.
Finalmente, Monseñor Oscar Ojea, también tomó la palabra para agradecerle a Mons. Casaretto el recibimiento tan cordial que había tenido hacia él al llegar a la diócesis, sorprendiéndolo al leer un poema que le había regalado, escrito por él y dando a conocer otra faceta de Mons. Casaretto.
Todo concluyó con una reunión comunitaria de los allí presentes, para festejar estos 29 años de Monseñor Jorge Casaretto al frente de esta diócesis de San Isidro.

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